miércoles, 28 de diciembre de 2011

...


Cuando la niebla espesa hay que salir. Siempre he odiado el mal tiempo y esa asquerosa bruma, me cala la ropa, me hiela la piel y me ciega. Esto es niebla.
Hay personas que simplemente entran en nuestra vida para darnos una lección y acto seguido salen de ella. Debemos tomar esa lección muy en serio y no olvidarla.

Perdemos la “vista” ya no vemos…descuidamos la razón y optamos por seguir el camino soñado aunque sea pisando cristales, en vez de crear uno nuevo, es tan fácil… si uno no lucha por el bien propio, ¿quién lo hará?Nos convertimos en personas dóciles, somos corderos que saben el camino a su corral hasta con los ojos cerrados. Elegimos un destino, y el destino no se elige... todo es un grave error. ¿No es maravillosa esa sensación de saber que puedes cambiar toda la historia con tan sólo un gesto, una palabra… una mirada?

Somos lo que es más cómodo, pero ríete de la vida, siempre podremos ser más, y nadie…NADIE debe hacer que nuestras fuerzas decrezcan.

Yo quise seguir un camino idealizado, mi utopía personal,… más bien mi utopía sentimental. Pero cuando la sinceridad brilla por su ausencia y el calor se vuelve frío todo cambia. Terminé encerrándome en una burbuja de amargura, me mezclé con inmoralidades que me estrangulaban, me ensucié, me exprimí, pero se rompió mi burbuja. La niebla se esfumó y encontré la salida. Me entró claustrofobia de tanto saber y aun así seguir ahí. Puse el punto final de los finales. Y me siento orgullosa de ello. Después de tanto tiempo sufriendo me dí cuenta. Ha sido tu broche de oro para mí, pero tengo que darme la enhorabuena a mí misma, porque siendo mejor tarde que nunca, he sido yo y sólo yo, la que ha parado el carro y ha hecho que desaparezca.

Espero acordarme de olvidar



2 comentarios: